¿Por qué murió Jesucristo?

“Jesús murió para salvarnos” son las primeras palabras que nuestra madre nos dice de pequeños para contrarrestar de alguna manera nuestra horrorizada expresión al contemplar la representación de un hombre masacrado y colgado de una cruz. Luego, esa misma frase nos es repetida una y otra vez en la iglesia, por los representantes de Dios en la tierra, quienes nos atolondran con dogmas y letanías que carecen de toda lógica racional, pero que es parte de su trabajo clerical repetirnos hasta el hartazgo.

Más tarde, aislados ya de toda influencia religiosa y, absortos en nuestras cavilaciones, nos preguntamos acerca de aquel hebreo que pasó a la historia por ser el redentor de redentores. “¿Pero, por qué realmente murió Jesús?” es la pregunta aún insatisfecha que danza en nuestra mente. La respuesta no se hace esperar, pues hemos sido aleccionados con ella desde siempre: “Él murió para salvarnos”; “¿para salvarnos de qué?”- pregunto yo, curioso – “para salvarnos del pecado”- nos diría un cura. “¿De qué pecado específico estamos hablando, del pecado original?” ¿No es que mediante el Bautismo se borra el pecado original? Es decir, ¿debemos entender que Jesús murió para salvarnos del pecado, de cualquier pecado, menos del pecado original, porque esa absolución se la reserva al Bautismo? Y antes de tomar la Comunión en cualquier misa, se recomienda haber pasado antes por el sacramento de la Penitencia, a través del cual nuestros pecados serán perdonados y estaremos aptos para recibir el Cuerpo de Cristo. Otra vez no cabe aquí la justificación de la muerte de Jesús, pues un hombre común y silvestre nos puede perdonar. No olvidemos tampoco que, antes de morir, un enfermo recibe la visita de un sacerdote para recibir la Unción de los Enfermos, que pretende “aliviar” la carga de culpas antes de su partida.

Por último, si Jesús murió para salvarnos del pecado, ¿para qué va a venir él al Fin de los Tiempos a juzgar a los vivos y a los muertos? ¿A juzgarnos de qué? ¿No es que TODOS nuestros pecados fueron absueltos ya con su muerte y con los sacramentos? Es decir, su muerte, en esencia, ¿fue totalmente vana?
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